Muchas personas mayores no siguen una dieta equilibrada ni tampoco realizan buenas digestiones por falta de piezas bucales que impide comer ciertos alimentos, alteraciones en los enzimas y medio ácido del estómago, alteraciones en la población de bacterias “buenas” del intestino… Por todo ello, no reciben la cantidad suficiente de vitaminas y minerales, como el hierro, para su óptima nutrición.
Hablamos de anemia cuando la cantidad de glóbulos rojos es menor de lo normal o cuando la concentración de hemoglobina (proteína que transporta el oxígeno) es baja.
Para que se produzcan de forma adecuada los glóbulos rojos y la hemoglobina, son imprescindibles distintos nutrientes, principalmente hierro, pero también otros nutrientes como zinc, cobre, magnesio, vitamina A, C, B6, B12 y ácido fólico junto a una ingesta adecuada de proteínas.
Si la anemia es causada por déficit de hierro, se llama anemia ferropénica. Entonces, ¿cómo aprovechar mejor el hierro de los alimentos?
- Aumentar el consumo de alimentos ricos en hierro, como carnes y pescado.
- Aumentar el consumo de alimentos ricos en vitamina C como los cítricos y tomarlos con alimentos ricos en hierro, la vitamina C incrementa la absorción de hierro.
- Separar la ingesta de productos lácteos de las comidas principales o complementos que aporten hierro: no tomar leche después de comer, sino de merienda.
- Evitar el consumo de café, té y chocolate con las comidas, ya que contienen taninos o fitatos que dificultan la absorción de hierro.
- Evitar el consumo de complementos o alimentos de fibra junto a complementos alimenticios o alimentos que contengan hierro ya que la fibra dificulta su absorción.